Descripción
Alfredo Fraile Lameyer es uno de esos personajes cuya peculiar trayectoria le ha permitido palpar por dentro el poder, el glamur, la fama y el éxito político, económico y social. Siempre desde una discreta segunda fila, pero cercano a los acontecimientos históricos como pocos, Fraile lleva más de cuarenta años viendo lo que nadie ha visto y escuchando lo que nadie ha oído.
Hijo del conocido operador de cine y productor de spaghetti western cuyo apellido dio nombre a uno de los poblados cinematográficos del Hollywood almeriense, Alfredo Fraile sigue siendo hoy para muchos «el mánager de Julio Iglesias». No en vano, fue él quien creó la leyenda del cantante español más internacional de todos los tiempos y el que mejor conoce a la persona que se esconde bajo el ídolo, desde los secretos de su boda «urgente y secreta» con Isabel Preysler hasta el divorcio de la pareja, que él mismo se encargó de anunciar al mundo, o los años de éxitos y gloria del artista en América, de cuyo reverso hay mucho que contar.
Pero Alfredo Fraile es más que eso. Es el mago de la comunicación política que relanzó la figura de Adolfo Suárez en su regreso al primer plano de la vida pública en 1986. Y el asesor que trajo a Silvio Berlusconi al panorama televisivo español y le ayudó a montar Tele 5. Y el discreto muñidor de intereses que acercó a Marruecos a España a principios de la década de 1990. Y el artífice del proyecto olímpico ADO’92. Y el fiel valido de los inversores kuwaitíes de KIO que regaron con sus petrodólares nuestro país hace 25 años, lo que le permitió conocer como nadie a protagonistas de nuestra historia empresarial reciente como Javier de la Rosa, los Albertos, Mario Conde o Enrique Sarasola.
De Carmen Ordóñez a Carlos Goyanes, de Cecilia a Hasán II, de Prince a José María García y de Sinatra a Manolo Escobar, por citar sólo a algunos, la lista de celebridades que Fraile ha tratado en la intimidad, y de quienes conoce secretos jamás desvelados, es tan larga y variada como sus recuerdos, que constituyen un viaje en primera clase por las últimas cuatro décadas de nuestra historia reciente.
Biografía del autor:
Alfredo Fraile, el que fuera representante de Julio Iglesias entre los años 1969 y 1984 además de su amigo y confidente, ha fallecido en Madrid a la edad de 78 años como consecuencia de complicaciones derivadas de la covid. Fraile llevaba más de un mes ingresado en la Fundación Jiménez Díaz. El empresario era padre de seis hijos junto a su mujer, María Eugenia Peña. En la actualidad estaba instalado en España pese a que solía pasar mucho tiempo viviendo en Miami.
Pero el mánager no solo trabajó junto a Julio Iglesias a lo largo de su trayectoria profesional. También colaboró con Bertín Osborne y asesoró al expresidente del Gobierno Adolfo Suárez, al empresario Javier de la Rosa e introdujo en España a Silvio Berlusconi.
Fraile publicó Secretos confesables, unas memorias en las que el eje principal es Julio Iglesias. Su relación fue muy cercana, casi fraternal. “En ese tiempo dormí más con él que con mi mujer”, contó el agente. Fraile fue en gran parte artífice del éxito del cantante hasta que un día, harto de su “egoísmo”, le dijo: “Ahí te quedas, no te aguanto más”. No recuperaron la relación pero el cantante al conocer la muerte de Fraile se ha mostrado muy abatido. En el tanatorio, para darle un último adiós, se ha podido ver a María Zurita, prima de Felipe VI, a Enrique Cerezo o a las hermanas Carla y Caritina Goyanes.
El mánager era el guardián de los secretos de cantante pero en su libro no ha desvelado todo lo que sabe de Julio Iglesias. Disney Media Distribution Latin America se ha fijado en este volumen para que sea la base de una serie sobre el cantante, un proyecto pensado para tener 13 capítulos.
En el libro de Fraile, que era cuñado del periodista José María García, con el que ha compartido muchos negocios, se explica por ejemplo la relación que Julio Iglesias tenía con sus hijos. A menudo avisaban a los niños de que su padre los requería a su lado, y Chábeli daba un respingo diciendo: “Será que ha llegado el fotógrafo del ¡Hola! y quiere que vayamos a posar”. “Prefería dirigir su paternidad por control remoto. Chábeli, Julio José y Enrique crecieron con ese estigma. (…) Los hijos se sentían utilizados”.
Sobre las conquistas de Julio Iglesias, Fraile también habla en su libro. “Se dijo que Julio y yo manejábamos una agenda donde aparecían los datos de las 3.000 mujeres que habían pasado por su vida, o al menos por su cama. (…) Si en aquellos años dejamos correr ese bulo fue porque en términos de marketing nos venía bien engrandecer la leyenda de Iglesias como latin lover”. Y añade: “Julio siempre tuvo debilidad por un tipo de mujer. (…) Le volvían loco las mujeres exóticas, especialmente las latinas y mucho más si estas eran modelos o azafatas. (…) Se convirtió en rutina que las cenas estuvieran presididas por tres o cuatro modelos”.
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