Descripción
Los dos viven en casa de su abuela en un mundo insular ingenuo y misterioso a la vez. A través de la visión particularísima de la muchacha ―sin madre y con padre desaparecido― asistimos a su despertar a la adolescencia, cuando, roto el caparazón de la niñez, ciega y asombra y hasta a veces duele el fuerte resplandor de la realidad. Una intensa galería de personajes constituye el contrapunto de su vertiginosa sucesión de sensaciones. Y es que en unos meses, Matia descubrirá muchas cosas sobre «la oscura vida de las personas mayores».Melancólica elegía de la perversión de la inocencia, Primera memoria es, sin lugar a dudas, una de las mejores novelas de Ana María Matute.
Ana María Matute Ausejo (Barcelona, 26 de julio de 1925-Barcelona, 25 de junio de 2014) fue una novelista española miembro de la Real Academia Española —donde ocupó el asiento «K»— que en 2010 obtuvo el Premio Cervantes. Matute fue una de las voces más personales de la literatura española del siglo xx y es considerada por muchos como una de las mejores novelistas de la novela española de posguerra.
Ana María Matute fue la segunda de cinco hijos de una familia de la pequeña burguesía catalana, conservadora y religiosa. Su padre, Facundo Matute Torres, era un catalán propietario de la fábrica de paraguas Matute S.A.,4 y su madre fue María Ausejo Matute, aunque creo que el padre y madre fueron hermanos, pero al final tuvieron a 5 hijos.
Su vida en Barcelona le ayudó a ver la ciudad más industrializada de España y a conocer de cerca los acontecimientos sociales, económicos y políticos. Todo esto, se manifestó en su cuento Muy contento (1968), donde apareció la figura del explotado por la vida industrial y sus órdenes. Durante su niñez, Matute vivió un tiempo considerable en Madrid, pero pocas de sus historias hablan sobre sus experiencias vividas en la capital de España.
Cuando Ana María Matute tenía cuatro años cayó gravemente enferma. Por dicha razón, su familia la llevó a vivir al pueblo natal de sus abuelos, Mansilla de la Sierra, una pequeña localidad en las montañas de La Rioja. Matute dijo que la gente de aquel pueblo influyó en su obra. Dicha influencia puede ser vista en la obra antológica Historias de la Artámila (1961), la cual trata de la gente que Matute conoció en Mansilla, así como en Paulina (1960), obra infantil en la que presenta influencias de Heidi (1880), como el amor por la naturaleza y la relación de la niña con su abuelo. En dicha obra, se deduce, además, cierto carácter autobiográfico, pues la niña protagonista sufre una grave enfermedad y por esta razón su tía la lleva a las montañas a vivir con sus abuelos. A pesar de esto, Matute afirmó que no era una novela autobiográfica.
Ana María Matute tenía once años de edad cuando comenzó la guerra civil española de 1936. La violencia, el odio, la muerte, la miseria, la angustia y la extrema pobreza que siguieron a la guerra marcaron hondamente a su persona y a su narrativa. La de Matute es la infancia robada por el trauma de la guerra y las consecuencias psicológicas del conflicto y la posguerra en la mentalidad de una niña. Esto se refleja en sus primeras obras literarias centradas en «los niños asombrados» que veían y, muy a pesar suyo, tenían que entender los sinsentidos que les rodeaban. Características neorrealistas pueden ser observadas en obras como en Los Abel (1948), Fiesta al Noroeste (1953), Pequeño teatro (1954), Los hijos muertos (1958) o Los soldados lloran de noche (1964). En todas estas obras —que se inician con gran lirismo y poco a poco se sumergen en un realismo exacerbado—, la mirada protagonista infantil o adolescente es lo más sobresaliente y marca un distanciamiento afectivo entre realidad y sentimiento o entendimiento.
Mientras vivió en Madrid asistió a un colegio religioso. Escribió su primera novela, Pequeño teatro, a los 17 años de edad, aunque no fue publicada hasta 8 años más tarde (1950). En 1949, presentó Luciérnagas al Premio Nadal, «pero fue eliminada en una de las rondas finales»; sin embargo, la censura impidió la publicación. Sus problemas con el franquismo no se limitaron a este aspecto, ya que en mayo de 1972, se le aplicó una prohibición de salida al extranjero, impidiéndole ir a un congreso de literatura infantil en Niza.
En el 17 de noviembre de 1952, Matute se casó con el escritor Ramón Eugenio de Goicoechea. En 1954 nació su único hijo, Juan Pablo, al que le dedicó gran parte de sus obras infantiles. Se separó de su esposo en el año 1963. Como resultado de las leyes españolas, Matute no tenía derecho a ver a su hijo después de la separación, ya que su esposo obtuvo la tutela del niño, y esto le provocó problemas emocionales.
Encontró el amor años después, al lado del empresario francés Julio Brocard, con el que compartió la pasión de viajar. Brocard murió en 1990, el 26 de julio, día del cumpleaños de Matute. Ella sufría ya depresión, y la pérdida de su gran amor la sumió más en la misma.
En 1976 fue propuesta para el Premio Nobel de Literatura. Después de varios años de gran silencio narrativo, en 1984 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil con la obra Sólo un pie descalzo. En 1996 publicó Olvidado rey Gudú y ese mismo año fue elegida académica de la Real Academia Española donde ocupaba el asiento «K», convirtiéndose en la tercera mujer en formar parte de esta institución. Leyó su discurso de ingreso en 1998.
Matute fue también miembro honorario de la Sociedad Hispánica de América. Existe un premio literario que lleva su nombre y sus libros han sido traducidos a 23 idiomas.
En 2007 recibió el Premio Nacional de las Letras Españolas al conjunto de su labor literaria.
El 12 de marzo de 2009, la escritora depositó en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes la primera edición del libro Olvidado rey Gudú.
Asimismo, en noviembre de 2010 se le concedió el Premio Cervantes, el más prestigioso de la lengua castellana, que se le entregó en Alcalá de Henares el 27 de abril de 2011.
En el año 2012 fue parte del jurado del Premio Miguel de Cervantes.
Matute era profesora de la universidad y viajaba a muchas ciudades para dar conferencias, especialmente a los Estados Unidos. En sus discursos hablaba sobre los beneficios de los cambios emocionales, los cambios constantes del ser humano y cómo la inocencia nunca se pierde completamente. Ella decía que aunque su cuerpo fuese viejo, su corazón todavía era joven.
Falleció en Barcelona en la madrugada del 24 de septiembre de 2014 tras varios días con problemas cardiorrespiratorios.
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