Descripción
Todo coincide en señalar a esta obra como uno de los hitos que marca con mayor precisión el valor de lo sorprendente y de lo emocional como suprema forma del conocimiento del mundo. El lector, todavía hoy, tiembla, vibra, se aleja de cualquier racionalismo para sumergirse de pleno en el mundo de la pasión más desbordante. José Zorrilla (1817-1893) supo dotar a la figura del Don Juan de una visión personal y propia que lo encumbra por encima de la mayoría de los autores que han tocado este mito tan atractivo y sugerente.
El prólogo de Francisco Nieva y la edición de Juan Francisco Peña ofrecen una perspectiva actual de lectura.
José Zorrilla nació en Valladolid el 21 de febrero de 1817. Era hijo de un magistrado de carácter intransigente que desempeñó diversos cargos políticos en Valladolid, Burgos, Sevilla y Madrid, ciudades en las que el futuro poeta hizo sus primeros estudios. Su padre le envió a Toledo para que estudiara Leyes, pero el joven Zorrilla se pasaba el tiempo leyendo, así que su padre intentó mandarle a Lerma, pero se escapó, y se refugió en Madrid. El éxito inesperado de su lectura ante la tumba de Larra en 1837 le abrió puertas de diarios y revistas, en los que publicó algunas colaboraciones que le ayudaron a subsistir. Dos años más tarde cayó enfermo y fue cuidado por la madre de un amigo suyo, una guapa viuda, dieciséis años mayor que él, con la que se casó y tuvo una hija que murió antes de cumplir los dos años de edad. Las aventuras del poeta y los celos de su mujer (Florentina Matilde O’Reilly) provocaron la ruptura matrimonial. Zorrilla huyó a París, luego a Bruselas, Londres y, finalmente, a México, donde residió entre 1854 y 1866, gracias a su amistad con el emperador Maximiliano, quien lo nombró cronista del reino. En esos años ya había publicado sus mejores obras: las leyendas A buen juez, mejor testigo y Margarita la tornera, y los dramas El zapatero y el rey, El puñal del godo, Don Juan Tenorio y Traidor, inconfeso y mártir. Regresó a España en 1866, y tuvo que ganarse la vida realizando lecturas poéticas de gira por el país. En 1885 ingresó en la Real Academia Española y alcanzó tanta popularidad con su Don Juan Tenorio que fue coronado en Granada como poeta nacional y aclamado por el numeroso público asistente. Murió en Madrid el 23 de enero de 1893 y tuvo un entierro multitudinario.
Óscar T. Pérez nació en Valladolid en 1973. Desde hace varios años se dedica a trabajar en todo tipo de campos relacionados con la creación de imágenes, dando principal importancia a la creación de álbumes ilustrados. Algunos de los libros en los que ha participado se han traducido a distintos idiomas y publicado en EE.UU., Francia, Corea del Sur, Brasil, Canadá, China, Polonia…
Juan Manuel Infante nació en Sevilla, y en la universidad hispalense se licenció en Filología Hispánica. Hace más de treinta años que se dedica a la enseñanza, primero en un centro privado, luego en centros públicos. Le gusta la docencia y ha hecho suyas las palabras del hispanista S. Gilman: Porque ser buen profesor consiste no solo en saber cosas y tener ideas, sino en ser persona; es decir, saber ofrecerse a los aprendices con una mezcla de dignidad y calor. Ha participado en la realización de algunos libros de texto de Anaya, y es autor de una edición del Tenorio de Zorrilla. Después de la adaptación de El Lazarillo para la colección Clásicos a Medida, ha realizado la versión adaptada de El Buscón de Quevedo.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.