Descripción
Un montón de objetos desaparecidos, y un verano entero para descubrir al culpable. ¡Ponte las chanclas, detective!
Cata acaba de llegar a una casa nueva, con vecinos nuevos, amigos nuevos y piscina. Todavía no sabe si le va a gustar vivir allí, pero de lo que sí está segura es de que se va a pasar el verano en el agua. Aunque primero tiene que resolver el misterio de las bicis desaparecidas, si no quiere que los otros niños la miren mal… Un montón de objetos desaparecidos, y un verano entero para descubrir al culpable. ¡Ponte las chanclas, detective!
Cata acaba de llegar a una casa nueva, con vecinos nuevos, amigos nuevos y piscina. Todavía no sabe si le va a gustar vivir allí, pero de lo que sí está segura es de que se va a pasar el verano en el agua. Aunque primero tiene que resolver el misterio de las bicis desaparecidas, si no quiere que los otros niños la miren mal… Un montón de objetos desaparecidos, y un verano entero para descubrir al culpable. ¡Ponte las chanclas, detective!
Cata acaba de llegar a una casa nueva, con vecinos nuevos, amigos nuevos y piscina. Todavía no sabe si le va a gustar vivir allí, pero de lo que sí está segura es de que se va a pasar el verano en el agua. Aunque primero tiene que resolver el misterio de las bicis desaparecidas, si no quiere que los otros niños la miren mal… Un montón de objetos desaparecidos, y un verano entero para descubrir al culpable. ¡Ponte las chanclas, detective!
Biografía del autor:
Paloma Muiña nació en Madrid (1970), donde también estudió publicidad en el CENP y más tarde periodismo en la Universidad Complutense. Con un máster en promoción de la lectura y literatura infantil en la Universidad de Castilla-La Mancha. Actualmente ejerce de editora de literatura infantil y juvenil. Escribe cuando puede, entre deberes y con las voces de sus hijos de fondo, a veces también escucha el telediario a lo lejos. Y entre todo eso le llegan las ideas, ya que nunca planea lo que va a escribir y es de esas contadoras de historias que jamás lo hace a mano. Una manía de tantas. Como la de correr bajo la lluvia, leer robando tiempo a la madrugada o pasar horas y horas delante de la chimenea sin pensar en nada más. Sigue viviendo en la capital, aunque a veces sueña con el mar y se imagina paseando descalza sobre la arena. Pero se conforma al despertar y ver que sus proyectos de futuro se resumen en ser mamá. Una de esas divertidas, olvidadizas, con memoria de pez y el pelo desordenado que saben a ciencia cierta que siempre y cada día hay algo bueno que celebrar.
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