Descripción
Charles John Huffam Dickens (Landport, Portsmouth, 7 de febrero de 1812-Gads Hill Place, 9 de junio de 1870) fue un escritor inglés. Creó algunos de los personajes de ficción más conocidos en el mundo y muchos lo consideran el mejor novelista de la época victoriana. Sus libros gozaron de una popularidad sin precedentes durante su vida, y en el siglo xx, críticos y estudiosos habían reconocido a Dickens como un genio literario. Sus novelas y cuentos todavía son muy leídos hoy y se adaptan habitualmente al teatro.
Dickens ha sido elogiado por muchos de sus colegas escritores, desde León Tolstói hasta George Orwell, G. K. Chesterton y Tom Wolfe, por su realismo, su comedia, su estilo de prosa, sus caracterizaciones únicas y su crítica social. Sin embargo, Oscar Wilde, Henry James y Virginia Woolf se quejaron de su falta de profundidad psicológica, su escritura floja y su sentimentalismo.
El término dickensiano se utiliza para describir algo que recuerda a Dickens y sus obras, como las malas condiciones sociales o los personajes cómicamente repulsivos.
Primeros años:
Charles Dickens era hijo de John Dickens (1786-1851), oficinista de la Pagaduría de la Armada en el arsenal del puerto de Portsmouth, y de su esposa Elizabet Barrow (1789-1863). En 1814, la familia se trasladó a Londres, a la Somerset House, en el número diez de Norfolk Street. Cuando el futuro escritor tenía cinco años, la familia se mudó a Chatham, Kent. Su madre era de clase media y su padre siempre arrastraba deudas, debido a su excesiva inclinación al despilfarro. Charles no recibió ninguna educación hasta la edad de nueve años, hecho que posteriormente le reprocharían sus críticos, al considerar su formación en exceso autodidacta. Con esta edad, después de acudir a una escuela en Rome Lane, estudió cultura en la escuela de William Gile, un graduado en Oxford. Pasaba el tiempo fuera de su casa, leyendo vorazmente. Mostró una particular afición por las novelas picarescas, como Las aventuras de Roderick Random y Las aventuras de Peregrine Pickle de Tobias Smollett, y Tom Jones de Henry Fielding. Este sería su escritor favorito. También leía con fruición novelas de aventuras como Robinson Crusoe y Don Quijote de la Mancha. En 1823, vivía con su familia en Londres, en el número 16 de Bayham Street, Camden Town, que era entonces uno de los suburbios más pobres de la ciudad. Aunque sus primeros años parecen haber sido una época idílica, él se describía como un «niño muy pequeño y no especialmente cuidado». También hablaría de su extremo patetismo y de su memoria fotográfica de personas y eventos, que le ayudaron a trasladar la realidad a la ficción.
Su vida cambió profundamente cuando su padre fue denunciado por impago de sus deudas y encarcelado en la prisión de deudores de Marshalsea. La mayor parte de la familia se trasladó a vivir con el Sr. Dickens a la cárcel, posibilidad establecida entonces por la ley, que permitía a la familia del moroso compartir su celda. Charles fue acogido en una casa de Little College Street, regentada por la Señora Roylance y acudía los domingos a visitar a su padre en la prisión.
A los doce años, se consideró que el futuro novelista tenía la edad suficiente para comenzar a trabajar, y así comenzó su vida laboral, en jornadas diarias de diez horas en la Warren’s boot-blacking factory, una fábrica de betún para calzado, ubicada cerca de la actual estación ferroviaria Charing Cross de Londres. Este periodo su vida transcurrió pegando etiquetas en los botes de shoes polish (betún para calzado); ganaba seis chelines semanales. Con este dinero, tenía que pagar su hospedaje y ayudaba a la familia, la mayoría de la cual vivía con su padre, que permanecía encarcelado.
Después de algunos meses, su familia pudo salir de la prisión de Marshalsea, pero su situación económica no mejoró hasta pasado un tiempo, cuando al morir la abuela materna de Charles su padre recibió una herencia de 250 libras. Su madre no retiró a Charles de forma inmediata de la compañía, que era propiedad de unos parientes de ella. Dickens nunca olvidó el empeño de su madre de obligarlo a permanecer en la fábrica. Estas vivencias marcaron su vida como escritor: dedicó gran parte de su obra a denunciar las condiciones deplorables bajo las cuales sobrevivían las clases proletarias. En su novela David Copperfield, juzgada como la más autobiográfica, escribió: «Yo no recibía ningún consejo, ningún apoyo, ningún estímulo, ningún consuelo, ninguna asistencia de ningún tipo, de nadie que me pudiera recordar. ¡Cuánto deseaba ir al cielo!»
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