Descripción
Con Miguel Mihura entramos ya en la literatura española de la posguerra. «Tres sombreros de copa» es su mejor comedia. Aunque esta obra había sido escrita antes de la guerra civil, su estreno tuvo que esperar a principios de los años cincuenta. Porque había que preparar al espectador para entender el originalísimo humor de Mihura, que él mismo acabó difundiendo en la posguerra a través de la revista «La Codorniz». Este humor absurdo, irracional, basado en la ruptura de la lógica y en el quiebro de la experiencia diaria, alcanza su más acabada perfección en «Tres sombreros de copa» y constituye la aportación fundamental de Mihura a la renovación de la comedia española. Aunque después -o tal vez por eso mismo- hayan venido los hermanos Marx y otros innovadores del humor, la comedia de Miguel Mihura sigue gustando a los jóvenes lectores de hoy.
Biografía del autor:
Miguel Mihura Santos (Madrid, 1905-1977) jugó un papel imprescindible en la renovación del teatro cómico español de mediados del siglo XX y es considerado como uno de sus grandes maestros. Sus obras conjugan las tramas de enredo con la sátira y los juegos semánticos, anticipando algunos elementos del posterior Teatro del absurdo. Se movió entre bastidores desde que era un niño y, siendo muy joven, abandonó sus estudios para colocarse en la administración del teatro Rey Alfonso y colaborar en publicaciones de humor como Gutiérrez, Buen Humor y Muchas Gracias. Más adelante, trabajó como periodista y fue uno de los fundadores de La Ametralladora y La Codorniz. Fue también guionista de cine, participando, junto a Bardem y Berlanga, en la película Bienvenido, Míster Marshall (1942). Sus textos enfrentan constantemente los convencionalismos sociales, a los que se oponen, desde perspectivas diferentes, la imaginación y la libertad. Entre sus obras de mayor éxito figuran Tres sombreros de copa (1932), Ni pobre ni rico, sino todo lo contrario (1943) Melocotón en almíbar (1958), Maribel y la extraña familia (1959), Ninette y un señor de Murcia (1964) y La decente (1968). Fue nombrado académico de la Real Academia Española en 1976.Hijo de Miguel Mihura Álvarez, estudió bachillerato con su hermano en el Colegio San Isidro de la calle de las Infantas en Madrid. Muerto su padre, abandonó los estudios para dedicarse al humor y la historieta en revistas como Gutiérrez, Macaco, Buen Humor y Muchas Gracias. Durante la década de 1920, trabajó como periodista: son años de una cierta bohemia, de tertulias en los cafés, donde conocerá a importantes periodistas del género humorístico, como Tono, Edgar Neville y Enrique Jardiel Poncela; este último le influyó poderosamente en el estilo.
Aunque empezó a escribir antes de la guerra, su reconocimiento fue tardío, pues solo estrenó con regularidad a partir de la década de los cincuenta: en 1932 escribió Tres sombreros de copa, que no publicó hasta 1947, y no fue representada hasta 1952 (veinte años después de ser escrita); se trata de una comedia considerada una de las obras maestras del teatro humorístico y que anticipa algunos aspectos del teatro del absurdo; en ella se enfrentan el mundo de las restricciones y convencionalismos y el de la libertad y la imaginación, tema que será constante en su obra.
Durante la guerra civil española, se refugió en San Sebastián con el bando sublevado y militó en la Falange Española. Allí fue director de una revista de propaganda para los soldados del frente, La Ametralladora.
Tras la contienda colaboraría con el semanario Tajo, donde dirigió la sección humorística «La Ametralladora». En 1941 pasó a colaborar con La Codorniz, considerada como el estandarte paródico de las convenciones sociales del momento, publicación que Mihura dirigió entre 1941 y 1944. El tema de la libertad aparecerá también en ¡Sublime decisión! (1955), Mi adorado Juan (1956) y La bella Dorotea (1963), si bien desde perspectivas diferentes: en la primera, trata la emancipación de la mujer a finales del siglo XIX; en la segunda, invita al espectador a vivir al margen de las estrictas y convencionales normas sociales; en la última, refleja el enfrentamiento de Dorotea con una sociedad mezquina y cruel.
A partir de la década de los cincuenta se produce un pequeño cambio en la obra de Mihura: la sátira se impone sobre el humor. Este viraje, que se aprecia ya en El caso de la señora estupenda (1953), se consolida en A media luz los tres. También participará en el guion de la película Bienvenido, Mister Marshall en 1952 junto a Bardem y Berlanga.
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