Descripción
Miguel de Unamuno y Jugo (Bilbao, 29 de septiembre de 1864-Salamanca, 31 de diciembre de 1936) fue un escritor y filósofo español perteneciente a la generación del 98. En su obra cultivó gran variedad de géneros literarios como novela, ensayo, teatro y poesía. Rector de la Universidad de Salamanca a lo largo de tres periodos, también fue diputado de las Cortes constituyentes de la Segunda República, de la que se fue distanciando hasta el punto de secundar la sublevación militar que dio inicio a la guerra civil, si bien terminó retractándose de dicho apoyo.
Familia, infancia y primeras letras;
Miguel de Unamuno y Jugo nació en el número 14 de la calle Ronda de Bilbao, en el barrio de las Siete Calles. Era el tercer hijo y primer varón, tras María Felisa, nacida en 1861, y María Jesús, fallecida en 1863, del matrimonio habido entre el comerciante Félix María de Unamuno Larraza y su sobrina carnal, María Salomé Crispina Jugo Unamuno, diecisiete años más joven. Más tarde nacieron Félix Gabriel José, Susana Presentación Felisa y María Mercedes Higinia. Por parte de padre, el filósofo era primo del científico, naturalista y antropólogo Telesforo Aranzadi Unamuno (1860-1945), con quien preparó diversas oposiciones.
Su padre, nacido en 1823, hijo de un confitero de Vergara, emigró joven a la ciudad mexicana de Tepic. A su regreso, en 1859, gracias al capital acumulado, solicitó licencia municipal para que su horno panadero de Achuri pudiera utilizar agua del manantial Uzcorta. En 1866, cuando contaba cuarenta y tres años, pidió permiso para establecer un despacho de pan en los porches de la Plaza Vieja. Se presentó a las elecciones municipales celebradas tras la Gloriosa, saliendo elegido por el distrito de San Juan con 120 votos. El 1 de enero de 1869 juró su cargo de concejal en la sesión constitutiva del nuevo ayuntamiento.
Antes que Félix, en 1835 y debido a la guerra carlista, habían llegado a la capital vizcaína dos de sus hermanas: Benita, nacida en 1811, y Valentina, quince años menor que ella. Benita, acabada la guerra, contrajo matrimonio con José Antonio de Jugo y Erezcano, pequeño rentista natural de Ceberio, dueño con su esposa de la confitería «La Vergaresa». La más joven, Valentina, casó en 1856 con Félix Aranzadi Aramburu, quizá un antiguo trabajador de la pastelería de su padre que abrió una chocolatería en Bilbao con el mismo nombre que había tenido el negocio de sus cuñados. Félix y Valentina fueron los padrinos en el bautismo de Miguel.
Su madre, Salomé, hija única, fue bautizada en Bilbao el 25 de octubre de 1840. Poco después de los cuatro años murió su padre y su madre volvió a casarse en 1847, esta vez con José Narbaiza.
A los pocos meses de nacer, los padres de Unamuno cambiaron de domicilio y se instalaron en el segundo piso derecha de la calle de la Cruz número 7. En los bajos se hallaba la chocolatería de sus tíos, que vivían en el primer piso. No había cumplido todavía los seis años cuando quedó huérfano de padre. Félix de Unamuno falleció el 14 de julio de 1870 en el balneario de Urberuaga, en Marquina, «de enfermedad de tisis pulmonar».
Aprendió sus primeras letras con don Higinio en el colegio privado de San Nicolás, situado en una buhardilla de la calle del Correo.En las catequesis preparatorias para la primera comunión, en la iglesia de San Juan, conoció a quien, andando el tiempo, sería su novia y esposa: Concepción Lizárraga, Concha.
Paz en la guerra (1897), novela de Unamuno sobre la tercera guerra carlista
Al acabar sus primeros estudios en el colegio de San Nicolás y a punto de entrar en el instituto, asistió como testigo al asedio de su ciudad durante la Tercera Guerra Carlista, lo que luego reflejará en su primera novela, Paz en la guerra. La villa quedó sitiada por las tropas carlistas bajo el mando del general Elío, desde el 28 de diciembre de 1873. A partir de febrero de 1874, la situación se agravó al quedar interrumpido cualquier abastecimiento a través de la ría y, por último, el día 21 del mismo mes comenzó el bombardeo de Bilbao. El sitio finalizó el 2 de mayo de 1874 con la entrada de las tropas liberales al mando del general Gutiérrez de la Concha. Para sus biógrafos, esta experiencia de la guerra civil marcó su tránsito de la infancia a la adolescencia.
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