Descripción
¡Veinticuatro horas!. Jess tenía que pensar a toda prisa. Sólo le quedaba un día para poner fín a toda esa aberrante cháchara de su madre sobre las vacaciones. ¿Veinticuatro horas era tiempo suficiente para ponerse gravemente enferma? ¿Podría estropear el coche de forma discreta para que nunca jamás volviera a arrancar?. ¿Y si (desde luego con mucho cuidado) incendiaba un poquito la casa?. Tenía que ver a Fred. ¡Su queridísimo Fred!. Él sabría qué hacer.
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